Ya no es simplemente una moda, sino una forma de contribuir a la preservación de los recursos. Hacer compost en casa se ha convertido en uno de esos pequeños gestos con los que podemos poner nuestro granito de arena para contribuir a la sostenibilidad. El reciclaje de la basura orgánica generada en el hogar es una fórmula muy implementada entre quienes tienen la suerte de tener un pequeño jardín, una terraza o un pequeño terreno en su hogar. Si te interesa este tema, no dudes en seguir leyendo, pues te vamos a explicar qué es el compost y cómo hacer construir tu propia compostadora casera.
Índice de contenidos
Qué es el compost y para qué sirve
El compost es un abono natural que se obtiene a partir de la materia orgánica. Todos los restos de basura orgánica que se generan en casa pueden ser aprovechados para conformar compost. Una definición más técnica es la que ofrece la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (US SPA). Según esta entidad, hablamos de compost cuando nos referimos a material orgánico que se puede agregar al suelo para que las plantas crezcan.
Atendiendo a esto, el compost no tiene carácter casero ni industrial, ya que cualquier materia orgánica es aprovechable. Podemos hablar de compost en el sector de la ganadería si se aprovechan los excrementos de las reses, o bien generar ese propio abono a nivel doméstico, recopilando cáscaras de huevos, piel de frutas y verduras, los huesos de estas mismas frutas, los restos de los vegetales de hoja verde, restos de poda del huerto y el jardín, cáscaras de frutos secos, etc.
Toda esta materia orgánica, una vez introducida en la compostadora, es tratada por bacterias, hongos y gusanos que se alimentan de ella y dan lugar nuevamente a más materia orgánica. El resultado final es una mejora en la fertilidad de la tierra con nutrientes que pueden aprovechar las plantas para su crecimiento y desarrollo.
Cómo funciona una compostera
El resumen del compost es sencillo, verter materia orgánica sobre una compostadora y esperar que los microorganismos y pequeños invertebrados transformen esos restos en un suelo con mayor concentración de nutrientes.
No obstante, para que esto ocurra deben darse procesos físicos y químicos distribuidos en cuatro etapas: la fase mesófila, la fase termófila o de higienización, la fase de enfriamiento y la fase de maduración.
El primer paso es verter los restos orgánicos en la compostadora casera a temperatura ambiente. En unos días, la temperatura de la mezcla va aumentando debido a la actividad de los microorganismos, aunque para que ocurra esto es esencial que haya oxígeno y humedad.
La segunda fase, la de higienización, comienza cuando la compostadora supera los 45 °C. A partir de ese momento los microorganismos mesófilos dan lugar a otros que soportan temperaturas más altas. Aquí continúa el proceso de descomposición, que puede durar meses. Las altas temperaturas ayudan a que la mezcla se higienice y desaparezcan algunos contaminantes biológicos.
En tercer lugar, aparece de nuevo una fase mesófila, que llega cuando la temperatura vuelve a bajar y se acerca a condiciones ambientales más normales. Mientras ocurre esto, los organismos mesófilos vuelven a reactivarse.
La etapa final es la de maduración, que ocurre cuando el compost se ha enfriado por completo. Sucede a temperatura ambiente y da lugar a nuevas moléculas que atraen a microorganismos, ácaros y anélidos que continúan fertilizando la materia orgánica obtenida. En esta fase ya puede utilizarse el producto resultante como abono.
Tipos de compostadores
El compostaje emula la degradación natural de la materia orgánica, pero lo hace de un modo más controlado y eficiente. En realidad, todo residuo orgánico puede utilizarse para fabricar compost en una compostadora casera, si bien los más convenientes son los restos vegetales.
En Europa este abono se puede producir a partir de estiércoles y purines, la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, los restos forestales agrícolas (especialmente los materiales leñosos por su alto contenido en carbono) y los restos de la industria agroalimentaria.
De todos estos, los más convenientes para el compost casero, por su velocidad de descomposición, son los restos de alimentos ya citados, los forestales agrícolas y el estiércol y los purines (estos dos últimos son más inaccesibles para familias que no tienen cabezas de ganado).
Toda esta información es importante para explicar cuáles son los tipos de compostadores y cómo hacer compost casero. Una primera selección nos lleva a distinguir entre compostadores automáticos y los tradicionales.
Los compostadores automáticos son de carácter industrial y son los que utilizan los ayuntamientos, los hoteles, las empresas, los restaurantes o los comedores escolares que quieren sacar partido de los restos orgánicos que consumen.
Otra opción son los compostadores tradicionales o manuales. Estos requieren una supervisión constante para comprobar que los residuos orgánicos se convierten en compost. De no realizarse esta tarea pueden aparecer mal olor, presencia de insectos o temperaturas insuficientes para completar la producción de abono. Aquí podemos señalar tres categorías.
Compostadores progresivos
Son los más habituales y consisten en un recipiente que puede utilizarse a nivel casero o industrial. Cuentan con una tapa para añadir los residuos y una puerta inferior que sirve para retirar el compost ya elaborado.
Compostadores de fase única
Estos van un paso más allá en su producción de compost, ya que agilizan el proceso. Admiten más capacidad de abono. En su caso, el compost ya elaborado actúa como fermento al que se le van añadiendo capas periódicamente. Así conseguimos que se mezclen residuos frescos, secos, finos o gruesos. En estos compostadores es esencial vigilar el nivel de humedad.
Compostadores secuenciales o de tres compartimentos
Cuentan con tres espacios diferenciados que se van llenando poco a poco. Una vez el primero está completo con materia orgánica, se pasa al segundo aprovechando el compost menos elaborado del compartimento anterior. Y con el tercer espacio se sigue la misma dinámica. De este modo, siempre hay disponible materia orgánica aprovechable.
3 formas de hacer una compostadora casera
Ya sabes cómo hacer compost, ahora toca descubrir cómo hacer un compostador casero. Hay multitud de materiales y recipientes de los que puedes echar mano en un proceso que no será nada dificultoso. Solo se trata de tener un poco de maña y paciencia. Nosotros nos hemos quedado con tres, todos ellos muy comunes y a los que puedes acceder fácilmente.
Compostadora casera con palés
Una compostadora casera a partir de este material se fabrica con cuatro palés. Si tienes más, mejor, pero cuatro ya son suficientes. Eso sí, te recomendamos que sean de certificación europea, que son los que tienen lamas de madera más anchas y dejan menor hueco entre las tablas.
Solo tendrás que colocar los cuatro palés de manera vertical haciendo un recipiente cuadrado y enterrarlos en el suelo unos centímetros con pernos. Unas tablas de madera te servirán como tapa del compostador. En la zona inferior puedes agujerear la estructura y hacer una pequeña abertura para ir retirando el abono una vez esté listo.
Compostadora casera con madera y malla de alambre
Este compostador obliga a un trabajo un poco más complejo de bricolaje, pero aun así es sencillo. Con unas tablas de madera crea una figura cúbica a modo de base y forra su interior con malla de alambre para que el aire pase por esos huecos, pero que no se escape la materia orgánica.
En el interior puedes preparar varios compartimentos también con alambres y crear la compostadora secuencial. Y como en el caso anterior, asegúrate de colocar una tapa en la parte superior y prueba con una puerta inferior para retirar el compost elaborado.
No te olvides de reforzar bien toda la estructura para que la alambrada aguante el peso de la materia orgánica y no se desequilibre. A su vez, no dejes zonas punzantes en la compostadora.
Compostadora casera giratoria a partir de un bidón
La tercera opción es usar un bidón. Haz pequeños agujeros en él, en toda su superficie, para que entre aire en su interior. Utiliza la tapa superior para introducir materia orgánica y haz un agujero más grande, aunque este debe ir tapado habitualmente, para retirar el compost ya resultante.
Para hacerlo giratorio, coloca el bidón de manera horizontal, haz dos grandes agujeros en la base y la tapa e introduce una barra de metal capaz de soportar el peso del compostador una vez esté lleno.
Tras esto, prepara una estructura de madera o de metal que sostenga el bidón y permita el giro de la barra. El último paso es colocar una manivela en uno de los extremos para facilitar el volteo del bidón.
Ya no tienes excusas para no hacer tu compostadora casera y reconectar con tu “yo” más cercano al mundo rural. Como ves, es un trabajo de bricolaje o artesanía muy fácil de ejecutar y con el que sentirás que estás contribuyendo a la sostenibilidad, aunque sea con solo un granito de arena. Cuanta más basura orgánica puedas aprovechar para abonar tus plantas, tu huerto o tu pequeño jardín, menor será tu impacto ambiental.
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