Ante la situación de peligro a la que se estaba sometiendo la Tierra por la producción de gases contaminantes, los países más industrializados decidieron llegar a un acuerdo mediante el cual frenar el cambio climático.
La ONU fue la fundación promotora del cambio en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático llevada a cabo en 1992 en Río de Janeiro. Multitud de países se decidieron a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero pero, pronto se dieron cuenta que sin un compromiso estable, había poco que hacer. Fue entonces cuando en 1997 nació el protocolo de Kioto con el fin de que los países promovieran la reducción de la contaminación de una forma más oficial.
Qué es el protocolo de Kioto
El Protocolo de Kioto es un acuerdo internacional con un objetivo claro: reducir la producción de seis gases muy contaminantes. Estos gases son el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y tres gases derivados de la industrialización.
Firmado de forma oficial en 2005, su meta era ir reduciendo de forma progresiva las emisiones a nivel global en el periodo de 2008 a 2012 para que fuesen menor en un 5% que las dadas en 1990. Para ello, cada país, debía cumplir unas premisas desarrolladas en el Protocolo.
Por ejemplo la Unión Europea se comprometió a reducirlas en un 8% por tener países considerablemente industrializados que generaban un gran perjuicio a la naturaleza. Sin embargo, otro país que tendría que haber formado parte de Kioto por la gran cantidad de gases que crea era Estados Unidos. El país americano en un principio parecía acceder al Protocolo pero nunca llegó a ratificarlo y, por supuesto, no ha reducido sus emisiones sino que las ha incrementado.
Cifras ya alcanzadas y otras que nunca se conseguirán
Los objetivos del Protocolo se han cumplido por parte del 75% de los países que lo firmaron, solo 9 no han alcanzado la meta. Esto parece ser positivo pero no es todo tan beneficioso…Por ejemplo, la cantidad de dióxido de carbono acumulado en La Tierra ha aumentado considerablemente, hasta un 50%.
Los especialistas siguen considerando que el aumento de 2 grados centígrados de la temperatura media global que se trataba de evitar cuando se firmó Kioto sigue existiendo y que, poco a poco, la temperatura del planeta ascenderá.
El mundo ha cambiado mucho desde que se creó y el acuerdo ha tenido que actualizarse para no quedarse anticuado. Se han añadido al Protocolo nuevos anexos pero éstos tampoco han logrado aún los objetivos marcados y la contaminación sigue en auge.
En resumen, el Protocolo de Kioto es una firme defensa del medio ambiente con dos problemas graves: los objetivos no son suficientes y es imprescindible que todos los países se incorporen a él.
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