La denominada Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) crece a pasos agigantados. Cada vez son más los animales en peligro de extinción que pasar a formar parte de esta lista y, los que ya aparecen, lo hacen ahora con una distinción más negativa.
En la última lista realizada respecto a la primera se ha producido un aumento negativo del 30%. Son muchas más las especies que aparecen, llegando a 25.800. En la lista se clasifican estas especies según el riesgo, los animales a punto de extinguirse se encuadran como especie en crítico de extinción, el paso previo a su desaparición.
Actualmente se encuentran en este estado animales como el guepardo asiático, el rinoceronte negro, el lobo rojo o el murciélago de la Fruta de Bulmer. También en los océanos encontramos animales marinos en peligro de extinción, por ejemplo el esturión, la raya o la anguila europea…
Esta cifras se quieren eludir y pensamos que se extinguen especies demasiado extrañas o lejanas, pero si nos fijamos un poco, en España el Lince Ibérico toca muy de cerca, en Australia se está reduciendo drásticamente el número de koalas o los animales en peligro de extinción en México como el ajalote o lobo gris están en serio peligro.
El número de animales extintos aumenta de forma evidente y no podemos pasar por alto este problema. Si han existido durante siglos y ahora parece imposibles salvarlos… algo debe estar cambiando, ¿por qué está aumentando la extinción de animales?
En esta pregunta, hay que saber entonar mea culpa y reconocer que el estilo de vida humano tiene el mayor porcentaje de culpa.
Cómo salvar a los animales en peligro de extinción
Aunque parezca complicado, también está en nuestra mano evitar que estos animales se extingan por completo. Pero, ¿qué podemos hacer por ellos?
- No asistir a eventos en los que los animales sea la atracción. España, como en muchos aspectos, se encuentra otra vez a la cola y es de los pocos países que aún no ha prohibido el uso de animales en espectáculos. Aunque algunos municipios ya han apostado por negarles las licencias, aún no es una ley nacional. Así, aunque sigan existiendo, si no se asiste a estos lugares, más pronto que tarde dejarán de existir.
- Consume productos que no hayan sido testados en animales. Para sacar un producto la venta, debe pasar por controles antes de hacerlo. El problema viene cuando utilizan a los animales como método para probar cada producto, haciéndolos pasar por múltiples pruebas nocivas que en ocasiones acaban con su vida. Según una Ley implantada en 2003, este hecho está prohibido pero las empresas se aprovechan de ‘trampas’ para esquivarla. Esta Ley permite que se usen animales para ello si no existen otra forma alternativa de hacerlo y resulta mucho más fácil para ellos recurrir a animales que a otros métodos. En este caso podemos intervenir comprando consumibles que no hayan sido testados en animales, para beneficiar a las empresas que no lo hacen y, en consecuencia, a los animales..
- Respetar la naturaleza. La naturaleza es el hábitat natural de los animales y es el hombre quién está acabando con ella. Generamos miles de residuos que la degradan y no pensamos en lo perjudicial que es para los animales. Por ello, hay que apostar por las tres R, reciclaje, reutilización y renovación.
En este respeto también debería incluirse la prohibición de cazas indiscriminadas. A modo de lujo, hay cazadores que buscan las piezas más preciadas, sin pensar que es muy perjudicial para estas especies y su capacidad de renovación.
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