La literatura universal está llena de obras de arte que van a sobrevivir al paso del tiempo y que llevan en la lista de libros más vendidos desde hace décadas.
Y es que cuando alguien se asoma a uno de esos libros clásicos descubre por qué son tan importantes: no solo están bien escritos y presentan una historia original y única, sino que además ofrecen horas y horas de apasionada lectura en las que no hay lugar para el aburrimiento.
Esos son, para nosotros, los ingredientes básicos que deben tener los libros clásicos imprescindibles: un estilo muy cuidado, una narrativa que vaya más allá de la propia historia y esa capacidad por atrapar al lector hasta que llega al punto final de la última frase.
¿Qué libros clásicos que enganchan deben estar en cualquier selección de la mejor literatura de todos los tiempos? ¿Cuál es ese título español que no se puede dejar de leer? Te presentamos los 15 mejores libros clásicos de la historia y te contamos todo lo que tienes que saber antes de decidirte a ir a la biblioteca o a la librería a hacerte con ellos.
Índice de contenidos
- 1 La historia interminable, de Michael Ende
- 2 A sangre fría, de Truman Capote
- 3 Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez
- 4 La metamorfosis, de Franz Kafka
- 5 Los tres mosqueteros, de Alexandre Dumas
- 6 Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne
- 7 La guerra de los mundos, de H. G. Wells
- 8 La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela
- 9 Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes
- 10 Crimen y castigo, de Fiódor M. Dostoyevski
- 11 It, de Stephen King
- 12 La montaña mágica, de Thomas Mann
- 13 El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald
- 14 Fahrenheit 451, de Ray Bradbury
- 15 Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie
La historia interminable, de Michael Ende
Este clásico de los clásicos se terminó por convertir en un icono de la cultura pop cuando Wolfgang Petersen adaptó la historia de Michael Ende a la gran pantalla en 1984.
La historia interminable está concebida como una novela infantil de aventuras y fantasía. Sin embargo, el talento del escritor alemán es tal que cualquier persona puede disfrutar de las aventuras de Bastián, en la vida real, y de Atreyu en el mundo mágico de Fantasía, que se acaban uniendo con un único fin: salvar a este reino imaginario de su destrucción y vencer a un enemigo poderosísimo, la Nada.
Concebido como un alegato en favor de la imaginación, este libro ha hecho que, a lo largo de las décadas, miles de personas de distintos países y lenguas hayan caído cautivadas por este universo donde todo es posible.
A sangre fría, de Truman Capote
A sangre fría es un relato capital dentro de la historia de la literatura contemporánea. Con este reportaje periodístico hecho novela, Truman Capote inauguraba un nuevo género, el de la no ficción, que apuesta por una unión total de la realidad y la ficción en favor de la consecución de un buen texto.
A sangre fría narra el terrible asesinato de una familia de la zona rural de los Estados Unidos. Capote se metió de lleno en toda la historia entrevistando a vecinos, periodistas, policías y a los propios asesinos, con los que llegó a simpatizar más de lo que mucha gente hubiera preferido.
El resultado es uno de los mejores libros clásicos que enganchan desde la primera página gracias al talento que el autor, conocido por otras obras como Desayuno con Diamantes, puso en cada frase del texto.
Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez
¿Comenzar un libro sabiendo el final desde el título? Esto es lo que propone el Nobel colombiano Gabriel García Márquez en Crónica de una muerte anunciada, uno de sus libros breves más celebrados.
“El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo”. Así comienza el texto de uno de los padres del realismo mágico. Y, efectivamente, a lo largo de la novela, lo que el lector va a encontrar es el motivo que ha llevado al asesinato de Nasar, así como todo lo que pasará después, a través de los testimonios de los distintos habitantes del pueblo.
Considerada como una de las grandes novelas del siglo XX, Crónica de una muerte anunciada atrapa por las osadas decisiones narrativas que toma García Márquez: el relato se narra desde distintas perspectivas en un desarrollo temporal confuso que convierte la lectura en un verdadero placer.
La metamorfosis, de Franz Kafka
Kafka es uno de esos grandes escritores que hay que tener en cualquier biblioteca personal. Y si hay que elegir uno solo de sus libros, que sea La metamorfosis.
Se trata de un pequeño cuentecillo que sirve como historia metafórica sobre la relación con la familia y con la sociedad. En apenas setenta páginas, Kafka mete al lector de lleno en una narrativa a medio camino entre la ficción y la realidad en la que vivirá la transformación del joven Gregorio Samsa en un horrible insecto gigante.
La complejidad del planteamiento inicial, así como el realista desarrollo —pese a la presencia del monstruoso animal—, hacen de La metamorfosis una historia única que no te dejará levantar la vista del libro hasta finalizarlo.
Los tres mosqueteros, de Alexandre Dumas
Esta novela del siglo XIX es capaz de conquistar a todo tipo de lectores. La cultura popular se ha encargado de contarnos, una y otra vez, esta historia sobre este joven gascón que quiere entrar en el cuerpo de mosqueteros que sirven a Luis XVIII.
“Uno para todos y todos para uno”. Este lema, repetido en decenas de adaptaciones tanto de cine como de dibujos animados, es el que hace que muchas personas se acerquen a uno de los libros clásicos imprescindibles de la literatura francesa.
Y lo que encuentran en ella es mucho mejor de lo que esperaban: un texto que mezcla hechos reales y ficcionales del pasado del país galo con un ritmo y un nivel de detalles únicos en manos de un genio como Dumas.
Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne
Seguimos en la Francia del siglo XIX para reseñar uno de los grandes libros de la literatura universal fantástica: Viaje al centro de la tierra, de Julio Verne.
Adelantado a su tiempo, gran precursor de ideas científicas que acabarían convirtiéndose en realidad y uno de los padres de la ciencia ficción, Julio Verne cuenta las peripecias de la ambiciosa empresa del minerólogo Otto Lidenbrock, su sobrino Axel y Hans para llegar al núcleo del planeta.
Lo que encontrarán allí será un mundo único, lleno de monstruos del pasado, hombres gigantes, plantas exóticas y un océano inmenso… Acompañar a los protagonistas a lo largo de su viaje es una experiencia deliciosa para los aficionados a la literatura del género.
La guerra de los mundos, de H. G. Wells
Del padre de la ciencia ficción llegamos a uno de los genios del género: G. H. Wells. En La guerra de los mundos, publicada en 1898, el autor británico narra con una exquisita precisión una invasión alienígena a La Tierra.
El relato es tan realista y documentado que cuando, en 1938, se programó en una radio americana una lectura del texto dramatizada por parte de Orson Welles, cundió el pánico en la población de Nueva Jersey.
La novela, adaptada en muchas ocasiones al cine y a la televisión, está considerada como una de las mejores obras de cuantas se centran en las invasiones extraterrestres. Y lo mejor es que la escritura de G. H. Wells parece no envejecer con el paso del tiempo: los lectores contemporáneos continúan disfrutando de esta guerra única.
La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela
Camilo José Cela es uno de los grandes autores nacionales. Galardonado con el Premio Nobel de Literatura, es uno de los mejores representantes de un tipo de literatura que reivindica los ambientes rurales, el naturalismo y el realismo narrativo en boga en su época.
Pascual Duarte y su familia son los protagonistas únicos de este relato calificado por la crítica como morboso, duro e impúdico. Escrito en primera persona, es el testimonio de un criminal que promete desestabilizar los pilares morales de los lectores.
Publicada en 1942, esta novela corta es capaz de llamar la atención a todo el que se acerque a ella. No por otra cosa es uno de los libros clásicos españoles más leídos de la época contemporánea.
Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes
Miguel Delibes es el otro gran autor de las décadas centrales del siglo XX. El escritor vallisoletano construyó esta obra en forma de monólogo. En él, Menchu cuenta su vida ante la mirada ausente de su fallecido esposo.
La viuda trata de ajustar cuentas con su marido, un ferviente lector de la Biblia cuyas citas sirven a Delibes para ir estructurando su texto. Esta obra está considerada como un reflejo de la sociedad de la época: las ganas de aparentar, los lazos familiares machacados por la costumbre, el papel secundario de la mujer en la sociedad de los años sesenta…
La forma en que Miguel Delibes va construyendo la personalidad de la mujer hace que este sea uno de los mejores ejemplos de la creación de un personaje complejo. Y solo esto basta para que adentrarse en este trabajo sea una auténtica delicia.
Crimen y castigo, de Fiódor M. Dostoyevski
El realismo ruso debe tener al menos un representante en esta lista de libros clásicos de todas las épocas. ¿Y qué mejor ejemplo que Crimen y castigo?
Es cierto que es una obra larga, que al inicio puede hacerse dura de leer…, pero poco a poco los lectores y las lectoras acaban por entrar de lleno en la opresiva atmósfera que narra el autor y disfrutando de cada frase construida por Dostoyevski.
Crimen y castigo trata sobre la dureza de vivir en una sociedad que ha dado la espalda a algunas personas, en lo que estas tienen que hacer para sobrevivir y en cómo lidiar con los valores y el arrepentimiento.
El texto sigue la vida de Raskolnikov, un estudiante que vive en la pobreza y que comete un terrible acto: mata y roba a una anciana, no solo por dinero, sino por ajustar cuentas con la sociedad. El carácter del joven es cautivador, pese a tratarse de un claro antagonista.
La novela permite que el lector se interrogue sobre sus propios valores y la necesidad de las máscaras y las apariencias para prosperar en las sociedades de todos los tiempos.
It, de Stephen King
Las novelas de terror tienen la capacidad de enganchar a los lectores de una manera única, debido a las escenas que los mejores autores del género saben crear.
Si hay un clásico de los clásicos en este ámbito, ese es Stephen King. Y si hay un libro icónico, no es otro que It.
Llevada al cine en varias ocasiones, It se centra en los terribles actos cometidos por una fuerza sobrenatural capaz de convertirse en las cosas que más miedo producen en la gente.
La novela juega con los destinos de siete amigos tanto en su infancia como en su edad adulta. Eso, que es como llaman a este monstruo, despierta cada 27 años… Y tendrán que lidiar con sus ataques para mantenerse sanos, salvos y sin perder la cabeza.
La montaña mágica, de Thomas Mann
La montaña mágica es una exquisita narración considerada como una de las novelas de aprendizaje y filosóficas más importantes de la historia.
Este libro clásico de la literatura alemana sigue los pasos de Hans Castorp en un sanatorio de los Alpes al que llega solo para hacer una visita. Finalmente, el flamante joven acaba alargando su estancia para descubrir la vida adulta, con sus complicaciones, sus intimidades, el misterio de lo erótico…
Todas las grandes preguntas del ser humano contemporáneo se revisan en estas páginas, que se convierten en una excelente lectura en la que, sobre todo, se disfruta de las conversaciones de Castorp con los ingresados en este centro de salud mental.
El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald
Francis Scott Fitzgerald creó la gran oda a la clase alta americana del pasado siglo en El gran Gatsby.
La belleza de Long Island, la opulencia de las grandes fiestas, los coches de lujo, los locos años veinte… Todo ello queda reflejado en este trabajo, considerado como uno de los mejores textos de la narrativa norteamericana.
Sobre todo, de El gran Gatsby destaca el modo en el que Fitzgeral construye a sus personajes: el rico Jay Gatsby, Nick Carraway y Daisy. El amor, la amistad, los celos y la generosidad de estos seres “muy humanos” articulan toda la trama.
Perderse en la extravagante forma de vida de los adinerados en la década de 1920 es excusa más que suficiente para llevarse este libro a casa y regalarse un rato de excelente lectura.
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury
Existen muchas novelas que exploran la idea de la distopía: un mundo futuro en el que la sociedad ha perdido libertades, el planeta se ha hecho inhabitable o una gran pandemia ha acabado con la vida de la mayoría de las personas.
De todos los libros clásicos dentro de este subgénero, Fahrenheit 451 es uno de los que más vuelo literario ofrece a los lectores.
La novela de Ray Bradbury se centra en un asunto muy “poco importante” para construir su universo: los libros están prohibidos y el cuerpo de bomberos es el encargado de acabar con ellos quemándolos.
En este contexto, Montag, un bombero que no ve con buenos ojos esta decisión, abandona su trabajo y se une a la resistencia.
La idea de que los libros son la salvación para la sociedad es lo suficientemente atractiva para que cualquier persona con pensamiento crítico se acerque al trabajo de Bradbury con emoción.
Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie
Durante muchos años, los libros de misterios por resolver han sido un tipo de lectura de consumo muy vendida. Algunos han pasado a la historia, pero otros son auténticos hitos que combinan el entretenimiento con la literatura de calidad.
Si hay que destacar uno de estos últimos, ese sería sin duda Asesinato en el Orient Express, de la genialísima Agatha Christie.
La escritora británica reúne a un grupo muy dispar de personas en el clásico tren Orient Express. Entre los viajeros va el famosísimo detective Hercule Poirot, que, como suele ser habitual, tendrá que resolver un crimen en el que todos los ocupantes del transporte parecen ser culpables.
Esta última recomendación completa nuestra lista de 15 libros clásicos que deberían estar en todas las bibliotecas privadas de los amantes de la mejor literatura de la historia. Contar con ellos es tener un buen puñado de ventanas a través de las que asomarse a historias únicas, cautivadoras, originales y, sobre todo, bien escritas.
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