Frutas malas para el hígado graso

Frutas malas para el hígado graso y otros alimentos prohibidos

Debes conocer cuáles son las frutas malas para el hígado graso, a fin de cuidar mejor tu salud. Este problema implica una acumulación de grasa en este órgano, que puede deberse a diversos factores, como llevar hábitos alimenticios perjudiciales, haber consumido alcohol en exceso o presentar una comorbilidad, como la diabetes tipo 2.

Frutas malas para el hígado graso

La alimentación para el hígado graso es muy importante. Si cambias tus hábitos, convirtiéndote en una persona que hace ejercicio regularmente y lleva una dieta adecuada, posiblemente puedas revertir esta condición.

Tal vez ya tienes conciencia de algunos cambios que debes realizar en tu vida, como reducir el consumo de grasas y alejarte del alcohol. Pero, además, si te toca padecer alguna de las enfermedades que afectan a la función hepática, como la diabetes o la hiperlipidemia, entre otras, mejorar tu dieta puede marcar la diferencia.

Muchas veces, cuando pensamos en la dieta, se nos escapa el papel tan fundamental que juega la fruta. Es común que la mayor parte de la gente piense que esta es beneficiosa para la salud, debido a su alto contenido en vitaminas. Desgraciadamente, algunas pueden empeorar el estado del hígado graso, debido a su alto contenido en azúcares.

A continuación, te mostraremos cuáles son las frutas perjudiciales para la función hepática, en caso de que la acumulación de grasa, y su consecuente inflamación, sean el problema a tratar. Ten en cuenta que, según el caso, puedes revertir esta situación antes de que sea demasiado tarde.

Los mangos

Mango, fruta mala para hígado graso

El mango es una fruta tropical que aporta muchas vitaminas al organismo. Debido a su alto contenido en fructosa, se convierte en una delicia para el paladar, por su sabor dulce y la sensación jugosa que produce, pero, al mismo tiempo, puede suponer un grave problema para las personas que padecen de hígado graso.

Los azúcares naturales que posee el mango pueden afectar a la metabolización en pacientes con problemas hepáticos, lo que lo convierte en un peligro a largo plazo. La moderación es indispensable en cualquier dieta, aunque, en este caso, lo mejor es que consideremos esta fruta prohibida.

Las uvas

Uvas malas para el hígado

Esta conocida fruta, tan presente en nuestra dieta mediterránea, a pesar de presentar un pequeño tamaño, puede no ser una buena opción ante el padecimiento hepático. Si tu caso es leve, tal vez puedas comer un número reducido de uvas, pues no dejan de ofrecerte otras propiedades, excelentes para el organismo.

La uva es rica en antioxidantes e, incluso, se le atribuyen beneficios preventivos ante el cáncer. Por desgracia, su alto contenido en fructosa y glucosa hace que el hígado no funcione correctamente, cuando ya existe un diagnóstico de patología hepática.

El exceso de azúcar puede convertirse en grasa, lo que aumenta la inflamación que suele darse en este órgano cuando no funciona correctamente. Es importante que no te dejes engañar por el pequeño tamaño de las uvas y controles su ingesta, a fin de lograr un mejor funcionamiento hepático e, incluso, revertir un posible problema en él.

Los higos

Higos malos para el hígado graso

Los higos son frutas que atraen mucho debido a su sabor dulce. Esta característica aporta también una dificultad, cuando nuestro hígado ha acumulado grasa de manera patológica. A pesar de que poseen propiedades que, por una parte, resultarían favorables para el funcionamiento hepático, todo parece indicar que su exceso de azúcares no resulta nada conveniente.

El higo es antioxidante y antiinflamatorio, lo que supondría una ventaja para tratar el hígado graso. Esto ha llevado a especialistas a estudiar los efectos de sus hojas en este problema. Sin embargo, cuando tenemos que referirnos al fruto, todas las alarmas se activan, pues supone un peligro por la metabolización de sus azúcares y cómo estos repercuten en la función hepática.

Una vez más, la moderación resulta necesaria, incluso en un organismo sano. Siempre es recomendable que, ante cualquier duda, consultes a tu médico y nutricionista, a fin de llevar una dieta equilibrada y apta para tu salud.

La piña

Piña, mala para el hígado graso

La piña es otra fruta que debemos comer con precaución si padecemos de hígado graso. No solo puede empeorar esta situación, sino que llega a agravarla si se consume en exceso. Al poseer altos niveles de fructosa, esta se metaboliza en el hígado, lo que, al mismo tiempo, produce un aumento de los niveles de triglicéridos y de ácido úrico en la sangre, que son, en sí mismos, un factor de riesgo.

Por otro lado, la fructosa tiende a provocar resistencia a la insulina, que es una hormona encargada de regular el azúcar en la sangre. Esto puede llegar a causar diabetes tipo 2 en personas propensas, como las que ya padecen una comorbilidad, lo que provoca el agravamiento del hígado graso.

La granada

Granada e hígado graso

Esta fruta rica en antioxidantes puede reducir el daño oxidativo de las células del hígado. Sin embargo, el ácido elágico que contiene, beneficioso para combatir la inflamación, se convierte en una desventaja para los pacientes que sufren de hígado graso.

El ácido elágico llega a aumentar la expresión de una enzima llamada CYP2E1, que está involucrada en el metabolismo de las grasas que se almacenan en el hígado. El incremento de esta enzima tiende a favorecer la formación de radicales libres y, por tanto, la oxidación de las grasas, empeorando así el estado del hígado graso.

Te recomendamos que, antes de consumir esta o alguna otra fruta y sus derivados, consultes antes con tu médico, con el fin de valorar tu dieta diaria.

Otros alimentos prohibidos para el hígado graso

Una vez que sabes cuáles son las frutas malas para el hígado graso, es el momento de ver qué otros alimentos están prohibidos cuando se padece esta enfermedad. Te mostramos aquellos que, definitivamente, debes dejar de consumir para evitar un empeoramiento.

Productos de origen animal con alto contenido en grasa

Embutido - Alimentos prohibidos para el hígado graso

Los productos de origen animal con alto contenido de grasa, como los fritos en general, los embutidos, las carnes rojas y los quesos curados, entre otros, aumentan el nivel de colesterol y triglicéridos en la sangre, que favorece la formación de grasa hepática.

Alimentos con azúcar añadido

Galletas y azúcar

En el caso de los alimentos con azúcar añadido, como dulces, pasteles, galletas, refrescos y zumos, tanto naturales como industriales, elevan el nivel de glucosa en la sangre y estimulan la producción de insulina. Esta hormona favorece el almacenamiento de grasa en el hígado y suele ser la responsable de los aumentos de casos de diabetes de tipo 2 en la población.

Bebidas estimulantes

Café e hígado graso

Las bebidas estimulantes, como el alcohol, el café o el té negro, producen irritación en el hígado, lo que dificulta la desintoxicación necesaria para la autorregeneración del órgano. Entre estos, debes prestar especial atención al alcohol, que es especialmente perjudicial, ya que aumenta la inflamación y la oxidación celular, y es el máximo culpable de los casos de cirrosis.

Alimentos procesados

Ultraprocesados, prohibidos para el hígado graso

Entre los alimentos procesados encuentras salsas, un sinfín de aderezos, snacks, las sopas instantáneas y otros muchos productos compuestos de conservantes, colorantes, saborizantes y demás aditivos químicos.

Estos alimentos contienen un alto número de sustancias que sobrecargan el hígado y dificultan su regeneración. Las famosas grasas trans se almacenan en el organismo, aumentando los niveles de colesterol y triglicéridos, causantes de muchas enfermedades.

Consejos de alimentación para hígado graso

Ahora que conoces cuáles son las frutas malas para el hígado graso y otros alimentos prohibidos, te ofrecemos una serie de consejos para mejorar tu alimentación. El hecho de realizar una dieta no significa que debas privarte de opciones deliciosas. Con el objetivo de mejorar tu salud, no olvides hacer un ejercicio físico diario que se adapte a tu condición física.

  • Reduce el consumo de grasas saturadas y trans, que se encuentran principalmente en productos procesados y fritos. Estas grasas aumentan el nivel de triglicéridos en la sangre, lo que favorece la acumulación de grasa en el hígado.
  • Aumenta el consumo de grasas insaturadas, que se encuentran principalmente en alimentos de origen vegetal, como el aceite de oliva, frutos secos, semillas, aguacate y otros alimentos para bajar el colesterol que ayudan a mejorar la función hepática.
  • Incluye alimentos ricos en fibra, como verduras y legumbres. Te ayudan a regular el tránsito intestinal, a controlar el apetito y a eliminar toxinas del organismo.
  • Modera el consumo de azúcar y sal, que se encuentran en muchos alimentos, especialmente en los industriales. Estos ingredientes favorecen la retención de líquidos y la inflamación del hígado.
  • Bebe, al menos, 2 litros de agua al día, para mantenerte hidratado y facilitar la eliminación de desechos del cuerpo.
  • Sigue un horario regular de comidas, a fin de mantener un equilibrio en los niveles de glucosa e insulina en la sangre.

Eliminar las frutas malas para el hígado graso no te resultará una dificultad, ya que cuentas con otras muchas opciones ricas y saludables. Sigue una dieta exenta de procesados y haz ejercicio regularmente para cuidar tu salud.