La boca y los dientes son puertas de entrada al cuerpo y mantenerlos en buen estado tiene un papel destacado en el cuidado de la salud. Ir al dentista es una práctica saludable con la que tratar los problemas bucales que se puedan producir y para prevenirlos. La importancia de la atención de esta zona se ve en que existe una especialidad médica propia, la odontología.
El desarrollo de la tecnología médica también ha tenido un reflejo en las consultas de los odontólogos. La experiencia de visitar el dentista ha cambiado respecto a la imagen que se le dio hace años. En un entorno higiénico se utilizan los instrumentos más avanzados para explorar y tratar con las mínimas molestias posibles. Y la aplicación de los actuales productos anestésicos ayuda a los profesionales de la odontología a evitar el dolor durante el tratamiento.
Ir al dentista como medida de prevención
La detección en una fase temprana de una posible afección en la boca facilita solucionarla de una manera más sencilla y rápida. Y esto evita que se complique la situación y se tenga que tratar una patología en un estado más avanzado. Por ejemplo, no es lo mismo detectar una caries cuando apenas afecta el esmalte que cuando ya ha dañado la dentina y ya se tienen que plantear opciones como la extracción del diente.
Además, el especialista se dedica a explorar tanto los dientes como las encías y el conjunto de la boca. Por ello es posible detectar tanto problemas dentales como los indicios de patologías como el cáncer oral.
¿Cada cuánto tiempo se recomienda ir al dentista?
Los colegios de dentistas recomiendan visitar regularmente la consulta del odontólogo, al menos un par de veces al año. Con este margen de tiempo ya se pueden detectar cambios en la salud dental; por si se nota presencia de caries o gingivitis y para analizar el desarrollo de la placa y el sarro.
El cuidado diario de los dientes y la boca evita que se desarrollen estas afecciones. Si se deja de actuar en casa, el sarro y la placa se pueden desarrollar rápidamente. Esto es foco de infecciones, irritaciones e incluso de patologías periodontales que podrían acabar con la caída de dientes. Las limpiezas periódicas de boca en las consultas odontológicas eliminan estos elementos y devuelven la blancura natural, con lo que también se muestran sonrisas saludables.
Cuidado de la estructura
Otras medidas a disposición de los usuarios son los sistemas de alineación de la dentadura. Con las ortodoncias es posible resolver malposiciones de los dientes, mejorando el sistema de masticación y su impresión visual. Para ello se emplean los conocidos como ‘brackets’. Y ante el bruxismo, el hábito adquirido de apretar demasiado la dentadura y el rechinar de dientes, los odontólogos preparan férulas de descarga adaptadas a cada caso para proteger el esmalte.
La prevención y el tratamiento temprano de las afecciones bucales son factores que mejoran la calidad de vida de las personas. Y se evita que se compliquen los problemas que conllevan un mayor foco de preocupaciones y un aumento del coste de los tratamientos. Al ir al dentista se visita un profesional que se encarga de revisar el estado de la boca, dar solución a las afecciones y ofrecer recomendaciones para mantener una salud oral adecuada.
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