Tras una leve tregua de la COVID19 todo parece indicar que hemos alcanzado la segunda ola y, con ello, la posibilidad de un incremento en las restricciones en la movilidad que pueden culminar con un confinamiento domiciliario. Este confinamiento vendría también con problemas y dificultades que puede provocar mucho estrés para las personas que lo están sufriendo. En este artículo, vamos a tratar de entender las razones de este estrés y cómo podemos lidiar con él para que no tenga un efecto negativo sobre nuestra salud y bienestar.
Índice de contenidos
Qué es el estrés
El estrés puede definirse como la respuesta del organismo en busca de adaptación en presencia de un estresor o una situación de amenaza. Dicho estrés no es necesariamente negativo. Aunque el estrés elevado puede ocasionar varios problemas para la salud, unos niveles moderados del mismo son necesarios, e incluso positivos (llamado “Estrés por confinamiento”), para afrontar las dificultades de la vida diaria.
Para qué sirve
Como se ha mencionado anteriormente, el estrés es un mecanismo de activación respondiendo de dificultades de la vida diaria (generalmente aparece cuando hay cambios de rutina con eventos inesperados). Dicha activación ocurre para poner al cuerpo en disposición de actuar y nos permite priorizar ciertos recursos (que favorecen la adaptación a la nueva situación) frente a otros aparentemente menos importantes.
Cómo afrontarlo en situación de confinamiento
Es importante en una situación con estas características mantenerse tranquilo y ocupado realizando actividades de ocio. También es fundamental dedicar tiempo a hacer tareas productivas para poder sentirnos satisfechos y, así, dejar de lado el pensamiento de que hemos estado perdiendo el tiempo.
Durante esta etapa, es muy común tener bastante tiempo para pensar acerca de uno mismo. Esto puede convertirse en un arma de doble filo. Por una parte, puede ser positivo si se utiliza de manera analítica como herramienta de introspección para conectar con tus pensamientos. Por otra parte, darle demasiada importancia puede provocar cierta ansiedad por querer controlar la situación. Ocurre algo similar con toda la información que circula (fechas, cifras, causas, culpables…). Toda esa información tiene que tratarse con cuidado debido a que es muy fácil obsesionarse con todos los datos y no desconectar de ellos, lo cual es devastador para el estado de ánimo.
Diferencias con el primer confinamiento
A pesar de que pueda parecer una situación idéntica a la del primer confinamiento, es totalmente diferente. La primera vez era algo absolutamente novedoso, inimaginable y éramos desconocedores de la mayoría de los aspectos que lo rodeaban. Gracias a haber pasado una situación similar, ya podemos hacernos a la idea de lo que está por venir y de cómo podemos actuar.
En conclusión, un confinamiento es una posibilidad cada vez más cercana y debemos tener en cuenta que puede ser una fuente de estrés. Entendiendo que el estrés es una activación que no es de por sí negativa y que nos encontramos en un escenario diferente al de la primera vez, podemos tratar de lidiar con él para que se convierta en un aliado.
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